Nuestro nombre
Nos guía San Agustín, figura preclara de nuestra meta: unir la herencia del pensamiento filosófico y científico de la Antigua Grecia con el legado jurídico y político del Imperio Romano, iluminando ambas tradiciones con la riqueza de la Sabiduría Cristiana. Además, el Santo de Hipona fue quien introdujo en la ética la esfera de la afectividad, definiendo esta virtud en términos de “ordo amoris”: “amar lo que debe ser amado”. De manera que una vida buena y honesta se forma mediante el amar a Dios, fuente de felicidad eterna, y a nuestro prójimo.